Pese a lo que algunos piensan, el Bichón Maltés no se llama así por ser originario de la isla de Malta, aunque ambos nombres sí que comparten un origen común.
La palabra “Malat”, de origen semita, era un vocablo comúnmente utilizado para referirse a puertos o refugios marítimos, por lo que su raíz puede encontrarse en los nombres de diversos lugares marítimos, como la isla Meleda, la ciudad Melita o la propia isla de Malta. La asociación de esta raza con las localizaciones costeras de debe a su empleo en almacenes de puertos y bodegas de barcos por todo el Mediterráneo Central para la caza de ratas, pues su pequeño tamaño facilitaba esta labor.
Los orígenes del Bichón Maltés son difusos, pero sin duda antiguos. Se han encontrado representaciones de perros muy similares al Maltés en estatuillas y vasos egipcios, donde parecía denominárseles Melitae, y posteriormente Aristóteles mencionaría al Melitaei Catelli, Canes Melitenses en latín, en uno de sus escritos.
Desde el siglo XVII hasta el XIX se produjo una fuerte crianza selectiva, en un intento de reducir el tamaño del Bichón Maltés, lo que daría serios problemas a la conservación de la raza, hasta el punto de que fue necesario su cruce con caniches y spaniels para evitar su desaparición. El reconocimiento oficial de la raza tal y como la conocemos se produciría en 1954 en el Interlaken y en 1964 por el American Kennel Club, aunque este reconocía la raza desde 1888.
El Bichón Maltés es un perro vivaz y amigable, muy recomendable como animal de compañía que requiere un cepillado y aseo diario. Es importante prestar especial atención a la zona de sus ojos para evitar que desarrolle problemas relacionados con estos.
Pide presupuesto sin compromiso en Petplan desde menos de 1€ al día
Bichón Maltés
.png)
.png)
