El Galgo español es conocido ya en la Edad Antigua por los Romanos, aunque hemos de suponer que su llegada e implantación en la Península sea muy anterior.
Descendiente de los antiguos lebreles asiáticos, se ha adaptado a nuestras diferentes zonas de estepas y llanuras. Se ha exportado en grandes cantidades a otros países como Irlanda e Inglaterra, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, siendo nuestro galgo uno de los padres del galgo inglés que presenta con el galgo español las similitudes propias de la raza que le sirvió de base antes de su posterior selección y aclimatación.
Es importante socializar al Galgo español desde que es un cachorro porque tiene un carácter tímido y reservado. Además, a pesar de su instinto de caza, son perros muy sensibles y dulces, por eso son excelentes con los niños e incluso otros animales más pequeños.
Algo muy positivo del Galgo español es lo limpio que es. Tiene un olor casi imperceptible y no requiere muchos baños o cepillados. Como única particularidad, agradecerán un buen abrigo cuando las temperaturas sean bajas.
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Galgo Español
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