La raza Golden Retriever tiene su origen en torno a 1850, la caza de aves se encontraba en su apogeo y debido a la peculiar geografía de las tierras escocesas, no era infrecuente que las aves se perdieran en el campo. Era necesario criar un perro que fuese capaz de recuperarlas tanto en tierra como en lagos y ríos.
Sir Dudley Marjoribanks, que más adelante se convertiría en el Barón de Tweedmouth, realizo cruces entre perros perdigueros y perros de agua, aprovechando sus características y dando lugar al Golden Retriever. El cruce orinal se dio entre Nous, un perro perdiguero amarillo y Belle, una Tweed Water Spaniel (raza actualmente extinta). Los cuatro cachorros resultantes se cruzaron con otras razas de caza, hasta dar lugar al Golden Retriever como ahora lo conocemos.
Sería en 1903 cuando la raza Golden Retriever sería reconocída por el Kennel Club de Reino Unido, aunque bajo el nombre Flat-coat Golden, y en 1925 se registraría en el American Kennel Club, esta vez sí bajo el nombre por el que se conoce actualmente.
El Golden Retriever es un perro amable, amigable y confiado, perfecto para dar compañía a los más pequeños de la casa, pero por su origen como perro de caza tiene grandes cantidades de energía que necesita gastar. No es raro que si no se le da suficiente actividad acabe frustrándose y rompiendo algo, por lo que es importante que disfrute de paseos diarios para mantener su estado tanto físico como mental.
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